Celebración del Perdón

Celebración del Perdón
2 Agosto

Celebración del Perdón
4 Agosto

L1. No hay camino de crecimiento en la vida que no pase por el corazón, por asumir nuestras ilusiones, dificultades, luchas…
L2. El sentido de la visita al Colle nos ha llevado de la mano, desde su misma infancia, al corazón de Don Bosco. Una vida orientada al proyecto de Dios. Él entendió muy bien que ser cristiano y ser sacerdote significa estar al servicio a los demás, es entrega total de la vida, sin excusas, sin traiciones. Así es como nos ama Dios a nosotros: sin límites.
L3. Con frecuencia, nosotros enturbiamos ese proyecto con esas continuas heridas que nos infligimos unos a otros y nos empujan a separarnos. Esta tarde sentimos la urgencia de recuperar la vida, de celebrar el perdón de Dios y renacer a la esperanza de que podemos dar los buenos frutos que Él espera de nosotros.
L1. Celebrar el perdón es siempre motivo de alegría. Por eso sería muy poco si el Evangelio sólo dijera que Dios nos perdona. Pero el Evangelio nos dice mucho más: nos habla de la alegría del encuentro. Sólo cuando hay amor puede haber alegría en el perdón.
L2. El hermano Roger de Taizé decía que “el perdón es la realidad más asombrosa y generosa del Evangelio; es sin duda un milagro […] De ti depende anticipar sin retrasos una reconciliación”.
L3. Descendamos a nuestro corazón, sin retrasos, a sus raíces y aprovechemos la oportunidad de buscar a Dios. Dejemos deja que su Palabra nos examine.

CANTO

No lleves cuentas del mal

SEÑOR TEN PIEDAD
CRISTO TEN PIEDAD

Por las veces que caí
y las que no te seguí
por mis maldades
y mis torpezas
vengo a pedirte perdón.

Aunque me olvide de ti,
aunque te falle, Señor
Se que tu gracia
no me abandona
se que eres mi salvador.

Mira mi vida ,Señor
No lleves cuentas del mal
que yo no llevo
las de mi hermano,
que encuentre en ti la paz.

PETICIONES DE PERDÓN

P/ De los frenos a nacer a una nueva vida
R/ Perdónanos, Señor.
P/ De nuestras críticas y quejas irresponsables
R/ Perdónanos, Señor.
P/ A la compresión, perdón y ayuda al hermano
R/ Conviértenos, Señor.
P/ De nuestro alejamiento de la cruz de cada día
R/ Perdónanos, Señor.
P/ A la acogida, amor y cariño a los demás
R/ Conviértenos, Señor.

CANTO

Nada nos separará

NADA NOS SEPARARÁ,
NADA NOS SEPARARÁ, NADA NOS SEPARARÁ,
DEL AMOR DE DIOS (bis)

EVANGELIO

En aquel tiempo, se acercó un joven a Jesús y le dijo: Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para tener la vida eterna?
El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, ama a tu prójimo como a ti mismo.
El joven le dijo: Todo esto lo he cumplido desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.
Oyendo el joven estas palabras, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

Mc 10, 17-22

TIEMPO DE CONFESIONES

Esquema para la reconciliación personal

¿Cómo vivir este sacramento como momento de un camino en el que intentamos comprender quiénes somos, qué estamos llamados a ser, en qué nos hemos equivocado, qué habríamos querido no ser, qué pedimos a Dios?
Antes de acercarte al sacramento, te sugiero que lo vivas según estos tres momentos: alabar, reconocer, proclamar.

TIEMPO DE CONFESIONES

Esquema para la reconciliación personal
Confesión de alabanza

Todo el proceso de reconciliación, supone caer en la cuenta y agradecer todos los dones que has recibido de Dios. Él te ha hecho su hijo y todo lo que eres y tienes nace de un derroche de amor contigo. En lugar de comenzar a pensar “he pecado en esto y en esto”, comienza así: “Señor, te doy gracias”, y expresar ante Dios los motivos por los que le estás agradecido/a.

Haz memoria de este amor con el que Dios te precede y te acompaña, reconociendo sus signos en tu vida. Intenta comenzar así, verás cuántas cosas impensables aparecen, porque nuestra vida está llena de dones.

Ya no eres tú que vas, casi escondiéndote, a expresar algún pecado para hacer que se borre, sino que tú eres quien se pone ante Dios, Padre de tu vida. Escribe, reza, reflexiona aquellos por lo cual sientes verdaderamente que debes dar gracias al Señor: «Te doy gracias porque…».

TIEMPO DE CONFESIONES

Esquema para la reconciliación personal
Confesión de vida

Después, hazte la pregunta fundamental. «Desde la última confesión, ¿qué cosa en mi vida, en general, querría que no hubiese ocurrido, qué cosa querría no haber hecho, qué cosa me incomoda, qué cosa me pesa?».

Presenta al Padre tu corazón humilde y arrepentido, reconociendo el tono bajo de tu vida, que se nota en cierto cansancio, en el ir tirando, en asumir posturas egoístas…

Entra más adentro “en la espesura” de tu vida y mira a las raíces de lo que querrías que no existiese. Ahora es cuando puedes manifestar todo aquello que te pasa, que quisieras no tener dentro de ti, que te estorba, que te parece estar en desarmonía con lo que deberías ser delante de Dios y de los hombres.

El hecho de sabernos en la presencia, nos hace caer en la cuenta que nuestra pobre vida no está a la altura de los dones y del amor de Dios. No se trata de hacer un amargo arrepentimiento, sino reconoce su misericordia, que su amor hacia ti es incondicional y, por tanto, puede perdonar tu pecado. El amor de Dios es siempre más grande que tu pecado, ponte en sus brazos.

TIEMPO DE CONFESIONES

Esquema para la reconciliación personal
Confesión de fe

Nuestro esfuerzo no sirve de mucho. Hace falta que el propósito esté unido a un profundo acto de fe en la fuerza del Espíritu, en la misericordia de Dios. La confesión no es sólo dejar los pecados, como se deja hecha una cuenta en un cuaderno. La confesión es dejar nuestro corazón en el Corazón de Cristo, para que lo cambie con su fuerza.

De esta confesión nace la oración de arrepentimiento: «Señor, sé que lo que he hecho no es sólo daño a mí mismo, a mis hermanos, a las personas que he disgustado, sino también una ofensa hecha a Ti, Padre, que me has amado, me has llamado». «Señor, sé que soy frágil, sé que soy débil, sé que puedo continuamente caer, pero Tú, por tu amor, ayúdame en mi debilidad, concédeme ver cuáles son los propósitos que debo hacer». Abre tu corazón a Dios, hay mucho que estrenar en tu vida aún.

Es un acto personal de fe. Dios nunca retira su palabra, la mantiene incluso en situaciones límite; nunca retira su amor, aún en el caso de que la persona amada corresponda con desamor.

Una confesión así concebida no te aburrirá jamás, porque es siempre diversa; cada vez verás surgir otras raíces negativas: deseos ambiguos, intenciones equivocadas, sentimientos falsos.

TIEMPO DE CONFESIONES

Esquema para la reconciliación personal
Reconciliación personal

Acercarte al sacramento y a la luz de la fuerza de la pascua de Cristo escucharás la voz: «Tus pecados te son perdonados. Paz». Reconciliados con Dios, con los demás y con nosotros mismos para mejor acometer tu misión.