Oración de la Mañana

Oración de la Mañana
3 Agosto

CANTO

Maín al hilo de Dios

He escuchado tu nombre en mis sueños,
tus palabras rompiendo el silencio de mi pobre verdad.
¡Cómo duele no verte en la noche, Señor!
Hoy ha vuelto la vida a mirarme a los ojos susurrando
Tu proyecto de amor y yo, por ti voy a vestir mi corazón de otro color por ti, por ti, por ti.

TU ERES MI VOZ, MI CANTO,
MI ALEGRÍA, MI ALIENTO Y MI LLANTO.
POR TI HE PUESTO LA VIDA DEL REVÉS.
SIGUE AL HILO DE DIOS Y REPARTE SONRISAS,
AL HILO DE DIOS, ERES BUENA NOTICIA,
AL HILO DE DIOS, SIGUE AL HILO DE DIOS, CAMINA. (BIS)

Si tus manos diseñan, a golpe de aguja, el amor, dejando en cada puntada un retazo de cielo en el corazón.
¡Cómo es dulce tu mano segura, Señor!
Mil metros de historia, talleres de vida, hogar donde habita el amor y yo, por ti voy a vestir mi corazón de otro color por ti, por ti, por ti.

TU ERES MI VOZ, MI CANTO,
MI ALEGRÍA, MI ALIENTO Y MI LLANTO.
POR TI HE PUESTO LA VIDA DEL REVÉS.
SIGUE AL HILO DE DIOS Y REPARTE SONRISAS,
AL HILO DE DIOS, ERES BUENA NOTICIA,
AL HILO DE DIOS, SIGUE AL HILO DE DIOS, CAMINA. (BIS)

LECTURA

Abandonó Judea y volvió a Galilea. Tenía que pasar por Samaria. Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta. Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: «Dame de beber.» Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana: .«¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?»… Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.» Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.» Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.»

Jn 4, 3-26

Momento de silencio y oración personal

Ayúdame a mirar con amor, y a encontrarte como te encontró Maín. A fijar mi pensamiento en la bondad, en tu bondad, en la belleza de cuanto me rodea.

Ayúdame a mirar con amor, a desvelar tus huellas en esta tierra, en el rostro del otro peregrino, del extraño, del lejano. A ver tu imagen en todos.

Ayúdame a mirar con amor, a sentir tu presencia en mi interior, a comprobar tu fuerza que sostiene cada ser en la vida.

Ayúdame a mirar con amor, a potenciar en mí la mirada de fe de Maín y don Bosco: bondadosa, comprensiva, intuitiva, profunda y tierna.

Ayúdame a mirar con amor, a descubrirte en el silencio, en el susurro del aire, en la música callada, en la soledad sonora.

Ayúdame a mirar con amor. A ver las cosas como tú las ves. Hazme gustar el don del agua viva y ser fuente de ella para los demás. Amén.

Oración final

Señor, dame la valentía
de arriesgar la vida por Ti,
el gozo desbordante
de dejarme llenar de Ti.
Dame, Señor, alas para volar
y pies para caminar
al paso de tu Espíritu
para ‘dar la vida’
como la dio Maín.
Infúndenos, Señor,
el deseo de contemplarte y orar
y así sentir la fuerza
para anunciar tu Evangelio
y gastar la vida
en el servicio a los más débiles.
Señor, haznos constructores de tu Reino
Signos y portadores de tu Amor a todos.
Amén Amén.